lunes, 14 de mayo de 2012

La flautista de la poesía


Por Rosa María Martínez Macías
Los escritores de Tamaulipas y otros lugares se reúnen cada año desde hace cuatro, en esta ocasión me tocó asistir. Se dice que las cosas llegan a su tiempo, nunca antes ni después. Dejé en casa otras identidades y solo llevé dos; pintora y escritora. El jueves 22 de marzo tomé mis cuadros, mis poemas y algo de ropa e iniciamos la marcha hacia Tula mi esposo y yo; él también cargó con sus cuadros ya que la muestra pictórica sería de ambos.

Iniciamos el ascenso a la cita con ese lugar mágico, que como una hoguera nos atrajo, para bailar en derredor la danza de los poetas.
La flautista encantadora nos llamó y solo acudimos los de oído fino, los dispuestos a retirar la máscara de persona normal, convencidos que nuestra religión es la poesía.
Llegó Lorena Illoldi, actriz, poeta y luchadora (de lucha libre) pero también de la palabra, tremenda mujer-niña, devoradora de platillos y corazones, porque lo mismo enarbola el micrófono, como disfruta de un juego infantil o perfecciona en la conducción de un evento con un profesional manejo del lenguaje y poetizando cada ceremonia.
Antonio Navalón, niño viajero atrapado en una indumentaria estrafalaria que dislocó mi concepto de anciano, su acento español y su cultura así como su desparpajo y sinceridad atraparon mi atención que ávida veía a uno y a otro ser raro llegar al hermoso hotel asignado.
Mónica y Kaloz Atl directos desde el D.F. llegaron también al encuentro, caminaban por las calles trenzados en un abrazo amoroso, ella vegetariana él carnívoro nos mostraron otra forma de digerir la poesía interviniendo los espacios públicos, gritando con una bocina que la poesía es nuestra vida.
Derrotamos la apatía y el aburrimiento, predicamos la palabra en un intento por desfanatizar lo cotidiano. Karloz se desnudó en un video y nos enseñó que es vergonzoso actuar como personas normales cuando no lo somos.
De Querétaro llegaron Romina Cazón, Leticia López y Mary Paz Mosqueda; la primera de origen argentino (ella dice a su padre en un poema) “Las cosas en éste país están igual que en el tuyo” acudieron al llamado de la flauta, aún a pesar de su temor, solo alcanzaron a tomar sus poemas y huyeron en la madrugada rumbo a Tula.
Desconocida un día MariPaz se levantó temprano buscando a Dios y lo encontró en la hospitalidad de la gente que la rodearon creyéndola desprotegida, le ofrecieron su casa y ella solo declamó “Los testigos me acusan de que Adán haya aceptado una manzana teniendo el árbol a la mano” y concluyó “Manifiesto que en éste mundo por pequeñeces a nadie se condena”.
Arminé Arjona, de sonrisa fácil y andar cansado, de espíritu grande, oído fino y lenguaje exitoso, declara: “No soy una chica fácil, soy una chica fósil”. Trajo su poesía de Ciudad Juárez, Chihuahua. La trajo a rastras chorreando injusticia; pero llegó puntual y logró atrapar mi atención por su malabarismo con el lenguaje; avienta las palabras al viento y las atrapa de un acento o de un punto para mostrarlas y tomarse fotografías con ellas, sostenida de un pié.

Angel, Laura y Sergio: actores y músicos, trabajaron sin descanso y pusieron motor a la poesía, pidieron cooperación de zapatos viejos a los lugareños y nos dieron un auto por papel; ahí firmamos nuestra sentencia y compartimos pequeñas frases poéticas. La noche del sábado fue un carnaval de poesía y de alegría en la callejoneada.
Angel y Laura nos fueron unos novios con piel gruesa, asfixiante de plástico que ahogaba sus ansias de expresarse. La gente se sumaba al contingente con curiosidad, más que convencidas o creyendo.
Karlos vociferó sus frases poéticas y se arrancó la ropa en un deseo explosivo de desnudar la palabra, Lorena gritaba que le corten la luz, el teléfono y el agua pero que jamás podrán cortarnos la poesía. Navalón fue jalado y arrojado dentro del auto, para que pudiera caminar con el auto, la gasolina del auto-libro funcionaba con poetas y poesía.
Ahí más que encuentro fue encontronazo, sentí tristeza por los que no acudieron y en ése momento vivían días cotidianos mientras que nosotros, todos los presentes, nos despojábamos junto con los actores de la gruesa piel plastificada y regresando del clímax que cada uno vivió ante el espectáculo; quedamos todos frente a la Presidencia Municipal sin disfraz, sin palabras atoradas, sin asfixia, solo nos mirábamos, tranquilamente cansados, azorados, reconociéndonos; poetas, autoridades, niños, mujeres, actores, jóvenes y viejos. Incrédulos todavía después de ese orgasmo-poético-espiritual colectivo.

El domingo 25 de marzo la flautista guardó el instrumento y nos ofreció una fiesta de despedida donde todos brindamos y colocamos nuestras respectivas máscaras para volver a nuestros respectivos lugares de origen. Celeste alba o azul cielo, o azul casi blanco, la maga que nos hizo transformarnos en ése lugar mágico. Regresamos todos con una canasta de libros, poemas, amigos, recuerdos y una sonrisa; portando en el pecho la frase mágica que nos abrió paso ante los soldados “Los santos días de la poesía” Frase contundente que baja las armas y levanta banderas blancas ¡Somos escritores¡ ¡Somos poetas¡ jamás dije estas palabras con tanta seguridad para salvar mi vida, mis sueños, mi mundo aún puro; agregué para mi protección ¡Soy pintora también¡ Me reconocí artista ante estos hombres verdes de casco y dureza de cerviz, apunté hacia mis cuadros y los de Florián que yacían en la caja de la camioneta. ¿Se los muestro? Dije y ellos contestaron –no es necesario- y recordé mis días en prisión, las rejas se abrieron al decir: Soy pintora, soy artista. Saqué mi credencial y la mostré. Pero lo que verdaderamente me despejó el camino fue la mirada directa y franca al decir la verdad y comprobar con nuestra camiseta; la que llevamos bien puesta a partir de estos santos días.
Gracias Celeste por ser nuestra convocante, por dar el primer paso, queremos escuchar el sonido de la flauta y seguirte el próximo año.

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