lunes, 15 de noviembre de 2010

La anunciación

Décimas de Los Santos Días


I
Se dice que por Jaumave,
al alba de Santos Días,
queriendo hacer poesías
la Parca llegó muy suave.
“Ahora sí tengo la llave
para abrir esta capilla”,
dijo, puesta de rodillas,
empujando a los poetas
que ya tenían maletas
para irse a Viejo Padilla.



II
Por agua y tierra la Muerte
los comenzó a perseguir;
“está prohibido escribir
–gritábales muy fuerte–,
pues voy a dejar inerte
a quien haga rima o prosa”.
¡Ah, qué Catrina mañosa
de maléficos ardides!,
en las poéticas lides
quería ser victoriosa.


III
Aquí apareció Ramiro
–su alta cosmogonía–,
¡ay!, tras de Acosta venían
cien demonios y un vampiro.
Dieron enérgico tiro
de ballesta a la huesuda.
“Anda, ya, por testaruda;
si queremos hacer versos
en el silencio inmersos
escribiremos, sin duda”.

IV
Mas no hay un solo mortal
que pueda echar en bandeja
batalla tan dispareja.
Y a la puerta colosal
del Hades, negro y fatal,
por voraz y anacoreta
fue la Vera en bicicleta.
Pero Eva no pierde piso,
¡afuera del Paraíso
arden vivos los poetas!