miércoles, 1 de julio de 2009

A la memoria de Alejandra


La poesía como destino, como juego peligroso fue elección de Alejandra Pizarnik.
La nuestra, dedicar la primera edición de Los Santos Días de la poesía, a una de las escritoras en lengua española de mayor influencia en la literatura contemporánea.
Cum laude: la primera actividad de este encuentro, centró su atención en el homenaje a su legado poético. En esta actualización de nuestro blog, publicamos algunos de los trabajos que se leyeron y comentaron bajo la fronda del Abuelo aquella tarde de abril:

Voz de la licantropía – Linda González – Poesía
La poesía y el dolor del poeta – Nora Iliana Esparza Mandujano - Ensayo
Fragmentos – Lizette Álvarez –Poesía
Divagaciones de la noche/a Pizarnik - Cynthia Rodríguez Leija – Ensayo

También se incorpora a los post mensuales la sección: Dias seculares, a manera de breviario de los ires y venires de los poetas implicados en esta experiencia.

Continuamos así nuestros días dedicados a la poesía. El apetito se transforma con el riesgo de la palabra:
"...Creo que la pregunta ¿Qué es para usted la poesía? merece una u otra de estas dos respuestas: el silencio o un libro que relate una aventura no poco terrible: la de alguie que parte a cuestionar el poema, la poesía, lo poético; abrazar el cuerpo del poema; a verificar supoder encantatorio, exhaltante, revolucionario, consolador. Algunos ya nos han contado este viaje maravilloso..."
Alejandra Pizarnik
Celeste Alba Iris

Voz de la licantropía












Linda González

Y el poema va teñido de sangre
desde sus sombras más ocultas
desde sus pétalos de lila amortajada
desde sus ubres que son como praderas
mis huesos desparramados en el silencio
mis huesos convertidos en cenizas
mis huesos devorados por la noche
por el insaciable deseo de desgarrar
de arrancar la piel de otros lobos

La poesía y el dolor del poeta













Nora Iliana Esparza Mandujano

El arte no es un espejo en el que nos contemplamos,
sino un destino en el que nos realizamos.”
Octavio Paz

Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir”.
Con estas palabras, encontramos en Alejandra la necesidad de vivir escribiendo, de crear siempre, postura con la que de alguna manera coincidía con Octavio paz.
En su obra surrealista, se refleja la niñez, la soledad, la introversión, el temor a la oscuridad, el exilio mismo del poeta.
Aunque nace en 1936, en Buenos Aires, sus padres fueron inmigran
tes rusos, de ascendencia judía, lo que provoca el desarraigo de Pizarnik. Justamente esta falta de raíces nacionales y locales, se relaciona con el sentimiento de exilio que recorre sus poemas, mismo que nunca abandonó. Tal vez toda su vida haya sido un peregrinar hacia un destino inevitable y predecible. Su formación liberal, en gran parte fue mérito de su padre, Don Elías Pizarnik, quien no sólo le permitió su forma de vida, si no que alentó su vocación al solventar la publicación de su primer libro: “La inocencia pérdida” (1956). Todo un mérito, teniendo en cuenta el rol de la mujer por esos años, y en una familia de su origen en particular.
La poetisa tenía ciertos rasgos de enfermiza timidez. Su tartamudeo y su asma son la somatización de su fragilidad espiritual.
En 1954 ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras y en 1955 publica su libro de poesia La ti
erra más ajena, en el que destaca el epígrafe de Rimbaud, pues en él enseña ya la influencia de este autor, que muestra en su poesía, el sentimiento melancólico de finitud, que marcaron para siempre su obra literaria.
En ese mismo año abandona la carrera de Letras y comienza a estudiar pintura, con Juan Battle Planas, quien ejerce una enorme influencia en la evolución de sus conceptos sobre poesía, y a su modo tratar la distribución del texto sobre la página en blanco, como una forma, un dibujo. Hyeronimus Bosch fue su pintor favorito.
Al año siguiente, publica y dedica su segunda obra La última inocencia dedicado a León Ostrov, su analista de muchos años y de quién, se presume, estuvo enamorada, aunque dicha presunción también fue imputada a Horacio Quiroga… y finalmente, sólo ella supo a quien perteneció su corazón. La temática de desesperación del libro está constantemente presente.
Por esta época inicia su amistad con Olga Orozco, que durará hasta su muerte. A ella dedica su poema “Tiempo” del mismo libro. Otro poema, “Exilio”, está dedicado al poeta Raúl Gustavo Aguirre. En este libro ya aparece explícitamente una temática que desarrollará más tarde hasta la exasperación: la noche como realización y la luz como negación de vida.
Y bien, habiendo leído y releído algo sobre la biografía de Alejandra Pizarnick y su obra, se puede plantear la siguiente pregunta, ¿no es acaso la biografía de Pizarnick el reflejo de cada poeta? ¿no es acaso el mismo sufrimiento, la misma desesperanza, el no verse reflejado en el espejo, el no encontrar su ubicación? ¿y qué pasa entonces con Frida Kahlo cuya vida giró en torno al dolor tanto físico como del alma? Sabemos de antemano que no era poeta en sí, sin embargo sabemos también que su obra completa es una especie de oda al dolor.
Y pasa la vida el poeta buscando encontrar en su angustia, en su soledad, su introversión, en su “ser para sí” el origen y la razón de su ser. Basta repasar las letras de algunos poetas:

“Nuestras soledades son distintas
oscuras
dos islas desiertas
dos senderos sin destino
dos infiernos contrapuestos
dos líneas paralelas
que no convergerán
en ningún lado.”
A.CH

“En general, todos corrían a más no poder
Hombres, mujeres y niños
Yo quise preguntarles a dónde iban
Pero no pude hablar porque voy
también con la boca abierta, la garganta seca,
corriendo sin parar.
Vamos todos jadeando al mismo lugar
Ya es de noche y no logro saber a donde vamos”
G.G.B

Y tenemos de la misma Pizarnik
ALEJANDRA
esta lúgubre manía de vivir esta recóndita humorada de vivir te arrastra Alejandra no lo niegues. hoy te miraste en el espejo y te fue triste estabas sola la luz rugía el aire cantaba pero tu amado no volvió enviarás mensajes sonreirás tremolarás tus manos así volverá tu amado tan amado oyes la demente sirena que lo robó el barco con barbas de espuma donde murieron las risas recuerdas el último abrazo oh nada de angustias ríe en el pañuelo llora a carcajadas pero cierra las puertas de tu rostro para que no digan luego que aquella mujer enamorada fuiste tú te remuerden los días te culpan las noches te duele la vida tanto tanto desesperada ¿adónde vas? desesperada ¡nada más!

Acaso en la obra poética de Pizarnik, se vislumbraba ese peregrinar que empuja al poeta a buscar la soledad tan temida, la oscuridad sin retorno a la luz, hacía el destino inevitable y predecible… y qué más da la forma, si el camino se va trazando rítmicamente con el insoportable tic-tac de un reloj de pared que finalmente, cuenta cada segundo la ansiedad del poeta.

Fragmentos











Lizette Álvarez

Aclaración

Esto no es un poema.

Quien lo toque, toca una mujer.

El espacio perfecto, 2000


Poetisa


Porque llevo
la poesía
hasta la tumba
¿tengo yo
acaso
el vientre
en el corazón…

La batalla de los quince, 1993

Divagaciones de la noche/a Pizarnik












Cynthia Rodríguez Leija

Tratamos de hablar - lo espléndido en una palabra - tratamos de referirnos a la noche, al emblema emocional de la criatura emancipada y le damos un tratamiento amoroso, no percatamos la sobriedad en esa noche de “La tierra más lejana” que dice:

NOCHE correr no sé dondeaquí o allásingulares recodos desnudosbasta correr!trenzas sujetan mi anochecerde caspa y agua coloniarosa quemada fósforo de ceracreación sincera en surco capilarla noche desanuda su bagajede blancos y negrostirar detener su devenir.

Nos acompañamos en sarcásticas figuras, una serie de imágenes, que están de más innombrables y vamos abriendo el ramillete de fronteras entre lo verbal y el elemento caleidoscópico, esa forma cambiante que de otra manera se tomaría como el lugar más común de la poesía “La eterna noche”. Pero si tratamos de manifestarnos en el límite, tal vez aparecería ante nosotros una imagen gastada que se traspolaría en una piedra angular obsesiva, en Pizarnik, lo dijeron otros: el fuego, la música, la niña, el otoño, la muerte, la locura, la noche.

En la voz excepcional de una poeta surrealista – ubicando esto ultimo en palabras del manifiesto de André Bretón en el cual se cita lo siguiente: “el hombre vuelve a ser como un niño recién nacido”- y desde esta perspectiva, exige a cada poema como un documento en el que se ilumina toda vida posible, un autorretrato no compasivo sino representando la exigencia franca de la metáfora exacta y la sinceridad de esta exactitud del gusto por el lenguaje, según ella misma lo nombró: “la culpa por el amor solitario a las palabras “.

Leo “La última inocencia” y encuentro los sitios del abismo, volvemos a toparnos con la noche, una noche de “Cenizas”, palabra en cuerpo presente aferradas a un sentido de identidad en un acto prohibido:
CENIZAS La noche se astilló de estrellas mirándome alucinada el aire arroja odio embellecido su rostro con música. Pronto nos iremos Arcano sueño antepasado de mi sonrisa el mundo está demacrado y hay candado pero no llaves y hay pavor pero no lágrimas. ¿Qué haré conmigo? Porque a Ti te debo lo que soy Pero no tengo mañana Porque a Ti te... La noche sufre.

Y caigo en la noche, la que me da una visión más violentada; la leo y la reconozco como una poeta fundamental quien nos reclama a través de su experiencia la revelación de una voz original, voz en la que se disuelve la ficción y se exhibe con un ropaje distinto que insiste en la interpretación combatiente de la escritura como un misterio; la noche no solo le pertenece sino que culmina sobre papel como una sombra bombardeada en la que nos cuenta sus victorias.

No podemos acortar el camino de sus logros sin referirnos a cada ensamble, cada sonido estructural que cae en la cuenta del elemento clave en el presente escrito, aunque ahora provista de más oscuridad en “Las aventuras perdidas”:

LA NOCHE Poco sé de la noche pero la noche parece saber de mí, y más aún, me asiste como si me quisiera, me cubre la conciencia con sus estrellas. Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte, tal vez la noche es nada y las conjeturas sobre ella nada y los seres que la viven nada. Tal vez las palabras sean lo único que existe en el enorme vacío de los siglos que nos arañan el alma con sus recuerdos. Pero la noche ha de conocer la miseria que bebe de nuestra sangre y de nuestras ideas. Ella ha de arrojar odio a nuestras miradas sabiéndolas llenas de intereses, de desencuentros. Pero sucede que oigo a la noche llorar en mis huesos. Su lágrima inmensa delira y grita que algo se fue para siempre. Alguna vez volveremos a ser.

Aquí la criatura refugiada, habitando los instantes de horas impenetrables donde ella, Pizarnik, se reinventa y sueña un mundo propio, tan propio que ampara la palabra en un contexto intimista; nos exilia, nos da una mano extendida para refugiarnos en su amado espacio, bajo el amparo de la palabra.

Las ausencias se tornan calidas, la vida está en el sol, el sol que parece ser la contraposición del subconsciente, la tragedia en su ausencia onírica; la noche se vuelve mas conciencia, un objeto que en si mismo será sustituido por otro dolor inexistente, la esperanza entre la duda y el olvido.

No me cuesta nada perderme, desaparecer en la soledad musical, refugiarme un momento en “El árbol de Diana” ese pequeño texto que me llama:

En la noche
un espejo para la pequeña muerta
un espejo de cenizas

Volvemos a reconocer el elemento infernal de la noche, la definición orgánica en la que se reconstruye una fragilidad tambaleante, provista de relevancias y de pocas palabras como en “Revelaciones” de “Los trabajos y las noches”

RevelacionesEn la noche a tu ladolas palabras son claves, son llaves.el deseo es rey.Que tu cuerpo sea siempreun amado espacio de revelaciones.

Y así revelando se teje el infinito en la “Extracción de la piedra de locura” donde quirúrgicamente se atraviesa hacia otra oscuridad, extirpando una flor de lila “Como agua sobre una piedra”

a quien retorna en busca de su antiguo buscarla noche se le cierra como agua sobre una piedracomo aire sobre un pájarocomo se cierran dos cuerpos al amarse
La locura, ese territorio que se descubre como la sombra en un espejo, la locura atrapada en el infierno musical:

EL DESEO DE LA PALABRA

“La noche, de nuevo la noche, la magistral sapiencia de lo oscuro, el cálido roce de la muerte, un instante de éxtasis para mí, heredera de todo jardín prohibido…

... En la cima de la alegría he declarado acerca de una música jamás oída. ¿Y qué? Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir”.

Se rompe el viento, tiemblan las frases en la imperceptible locura, se ilustra cada palabra en un caos intelectual y solitario, se concibe el mito, dolorosamente la muerte se vuelve un objeto petrificado con el que se da la bienvenida al mundo, una negación a renunciar al olvido; en este día, en esta tarde, en esta noche… no te olvidamos.

Cynthia Rodríguez
Nuevo Laredo, Tamaulipas
01 de Abril del 2009

Dias seculares

  • Del 16 al 19 de junio, cuatro poetas integrantes de Los Santos Días 09; participaron en el taller de literatura: Ficción Histórica desde Abajo, impartido por la extraordinaria narradora, Dra. Cristina Rivera Garza, quien vino a Cd. Victoria; Tamaulipas invitada por la Comisión Organizadora de los Centenarios.
Celeste Alba Iris, Ericka Said Izaguirre, Juan Miguel Pérez Gómez y Marisol Vera se preparon con la lectura de Michael Ondaatje, Sobre la piel del león; El paciente inglés, Coming Through Slaughter... De Enrique Serna, Ángeles del abismo, La corte de los ilusos de Rosa Beltrán. También de Margaret Atwood, Alia´s Grace. Durante el taller se realizaron ejercicios y revisaron de manera crítica algunos textos generados a partir de la actividad.


  • El viernes 19 de Junio, el Grupo Literario González Blackaller realizó a manera de homenaje a la maestra Graciela González Blackaller, la presentación de sus trabajos en el Auditorio del Museo Regional de Historia de Tamaulipas. Las poetas Nora Iliana Esparza Mandujano y Volga Lizette Álvarez participaron junto a otros miembros de esta agrupación en el reconocimiento a tan querida escritora tamaulipeca.
  • En Matamoros, los poetas Joaquín Peña Arana, Ramiro Rodríguez y Ruth Martínez Meráz, junto a los integrantes del Ateneo Literario José Arrese, preparan para el II Recital Literario Voces desde Casa Mata que tendrá lugar el próximo mes de agosto con motivo del XXXVI aniversario luctuoso de la escritora chaipaneca, Rosario Castellanos.
  • Desde Monterrey, nos escribió Fernando Elizondo para compartirnos que publicaron en la sección de Kultur de 15Diario su texto sobre Los Santos Días de la Poesía. Aquí va la dirección de internet:

http://www.laquincena.info/15diario/cult/cult090610/10elizondo.html