Por Celeste Alba Iris
E insisto: no hay quinto malo. Como prueba, la reciente edición del encuentro Los Santos Días de la Poesía que esta vez tuvo su sede en Ciudad Madero.
E insisto: no hay quinto malo. Como prueba, la reciente edición del encuentro Los Santos Días de la Poesía que esta vez tuvo su sede en Ciudad Madero.
Durante cuatro intensos días se sumaron 32 escritores
llegados de 7 estados de la República y de la vecina entidad americana, Texas. Se
ofrecieron 2 recitales, 16 lecturas públicas – 4 de ellas en escuelas
secundarias-, 1 exposición fotográfica y una sesión de trabajo literario
denominada Coloquio Verbigracia.
Hicieron la distancia desde Ciudad Juárez,
Querétaro, Tlaxcala, Chihuahua, Distrito Federal, Monterrey, Miacatlán y San
Antonio, Texas. Con este motivo se recorrió Tamaulipas desde Nuevo Laredo, Ciudad Victoria,
Ciudad Mante y Tampico.
Juntos volvimos a ese tiempo, ese
territorio que recién fundamos en 2009 y dejando atrás el carácter intimista de
la reunión, nos esforzamos por provocar el hallazgo con el verso.
Junto al artista mantense, Carlos Acosta,
planeamos y ofrecimos el primer recital Poetamaulipecos, en el cual Carlos
presentó una selección de poemas musicalizados de algunos de nuestros
escritores actuales
.
.
Al día siguiente, durante el Coloquio se
revisaron a 16 poetas tamaulipecos nacidos antes de los 70. Así, la propuesta de rescate y
divulgación de las letras de nuestra entidad sigue cobrando forma a través de esta
actividad. En el Centro de excelencia de la UAT y en Torratos Café Gourmet se
reunió una muestra de la poesía del sur del estado a la cual denominamos
Vecinos del Mar, con la participación de Sandra Ruth Sosa, Martha Izaguirre,
Diana Zamora, Leslie Dolejal, Gloria Gómez Guzmán y Arturo Castillo.
Si hay algo que debería yo agradecer como
coordinadora de este encuentro es la confianza que han depositado en mí los
compañeros de la palabra, y algunas instituciones. ¿Qué acaso no hay
algo más sagrado que un acto de fe? Creer es lo que nos sostiene y nos empuja a
hacerlo posible.
Gracias también habré de dar a más de una
persona, porque lo he dicho, el puesto no hace voluntades. Gracias a Libertad
García porque desde su línea paralela se mantuvo presente, a Hernán Rocha por
escuchar con atención, a Arturo Medellín que estuvo dispuesto, a Armando Reina
por entenderlo e ir por más, a Antonio Suárez por los traslados y la guía, a
Lizzet Pérez por abrir la puerta, a Ana Luisa Verduzco por esas búsquedas, a
Martha Izaguirre por cumplir con su presencia a pesar del inminente naufragio, a Diana Zamora
por aceptar el doble rol, a Ulises Britto por continuar cerca, a Lucy Nuñez
por mantenerse al pendiente, a Filiberto, Lupita y Josefina por las citas
escolares, a Gilberto Rivas por la memoria en imágenes, a Seleste Martínez por
la buena gana, a Nudia Toscano, Jesús Guerrero y Josué Picazo por su eco
permanente.
Mi reconocimiento a Juan Carlos Mata, quien
se suponía era el chofer asignado, y aunque en realidad fue quien nos llevó y
nos trajo de Victoria a Madero, se convirtió también en un aliado
imprescindible para bien llevar las actividades diversas.
Mi cariño para Juan Villela que antes y
durante Los Santos Días de la Poesía, supo ser una sombra discreta, una red de
soporte, un trabajo sostenido. En este quinto encuentro, él fue pieza clave del
engranaje para lograr cada uno de los eventos que dieron cuerpo a nuestro
festival poético.
Y si de amigos escribo, ahora menciono a
Lorena Illoldi y a Marissa Avilés quienes me ayudaron a mantener cada una de
mis piezas en su lugar cuando las presiones diversas las desacomodaban.
Daré las gracias también a Lupita Guerrero,
mi asistente quien estuvo al alba; y a otra que me iluminó con su entrega, Marina
Alba Gracia, quien a sus trece nuevos y sonrientes años, le sobraba energía
para andar y coordinar sueños a mi lado.
Aún sigue sorprendiéndome la taxonomía de
las calidades humanas. He aprendido en este quinquenio a admirar a quienes
dicen sí y actúan en consecuencia. He aprendido a respetar a quienes dicen no
sin interferir el camino. Y de aquellos otros que nunca faltan, esos del sí
pero no, no pero sí, su doble cara, múltiple discurso y más que bla bla,
guruguru… he aprendido a mantenerme a distancia.
De lo más granado de nuestras letras, de
los que se han quedado a escribir desde aquí, quienes han hecho la literatura
tamaulipeca en estos años sin importar la dirección del viento, los entusiastas
estuvieron ahí del 20 al 23 de junio en Ciudad Madero. Nunca tenemos la certeza
de un próximo encuentro pero este valió la pena.
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