Lorena Hernández
Fragmento
Solo aquella caricia mínima
sobre tu mejilla
como una pequeña barca
fosilizada en el dorado desierto
de tu piel
Beso espontáneo
que se volvió antiguo
Reliquia milenaria
Tu piel cálida
como arena de desierto
suave y cristalizada
Más en lugar de beso
quiero pasar mi lengua por tu rostro
Lenta como la brisa marítima
buscando refrescar tu sequedad
El mar me viene de tu mirada profunda
Yo como el viento
te envuelvo y paso de tus ojos
y levanto la humedad de tu azul
Y tu boca ¿será mía?
Tan silenciosa
Sonrisa de media luna
Bien prometo no tomarla
más que delinear su borde
y anclarme brevemente en sus comisuras
para no emprender el viaje francés
Seré como gato sigiloso
que ronronea en susurros
y lameré sin prisa
Y si tus ojos se abren como lunas llenas
ahuyentarás mi lengua
y le ofreceré al lóbulo de tu oreja
adherir con saliva los breves conjuros
que te adormezcan otra vez
Es que sólo ayer te descubrí
Tan dorado y azul
que quiero volver a tenerte cerca
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